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| "Barquillero en Preciados" por JC Hupo |
El motivo por el que el barquillero tenía, siempre, tan horrible suerte con su propia ruleta, estaba irremediablemente ligado a su popularidad entre el público infantil. Lo habitual de esta circunstancia eliminó, en gran medida, el factor sorpresa cuando los agentes, dejando atrás la castiza estampa de chotis y churros, encontraron, apilados en la humilde y hedionda estancia de tan típico personaje, aquellos pequeños cadáveres.
Que oscuro veo esto...
ResponderEliminar¡Nunca hubiera sospechado del barquillero! Siempre saludaba...
ResponderEliminarNo volveré a ver a los barquilleros con los mismos ojos...
ResponderEliminarBuenas, Carmelo, así como te dije aquí me tienes de visita. Y encantado, oye. A partir de ahora me pasaré de vez en cuando.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD. Por cierto, menos mal que de pequeño no me gustaban los barquillos...
Ya sabes que me gustó este micro. Se me olvidó pedirte el correo para pedírtela prestada. Ya me dirás.
ResponderEliminarSaludos