jueves, 25 de agosto de 2011

A la Sombra de un Nogal


"Desierto vegetal" por Arguez


Cuando el sol llegó a lo más alto, llevaba ya más de muchas horas de faena con la mula. Casi podía oler el almuerzo al poco de llegar al pie del árbol, donde su hermano y Celedonio, cuchara en mano, daban buena cuenta de las sopas, alternándose con marcial efectividad y sin dar un viaje en balde ni derramar un ápice, al menos hasta llegar a la boca, donde el último resquicio precipitado tendría su cuna en la mano que hacía las veces de babero.
Al llegar, se sacó la boina deslizando el dedazo desde la sien hasta la frente, marcando la altura donde en algún momento se apreció el saín que ahora forraba internamente el complemento. No era buena idea quitarse el sudor que le incordiaba ya bajo las cejas con las manos, así que, una vez que se quitó el chaleco, lo usó no tanto para secarse como para empujar las gotas fuera de su rostro, y lo colgó del muñón de rama que le haría de galán de siesta improvisado.
Después de haber templado el buche se dio a los garbanzos con avidez, intercalando un trozo de hogaza con las viandas a cada poco, no fuera a ser que el tocino se viera acabado antes de empezar. Al poco se quedo solo a la sombra, exprimiendo, con el dedo de luto, el chorizo contra el pan. Las hormigas trepaban por sus piernas como en busca de la grasa que hacía surco en las piernas polvorientas, pero no era suficiente para luchar contra la galbana, así que la apoyó echándose un trago de la pitarra al coleto.
Al despertar, de buen son, la acémila le miraba con ojos tan dulces que las moscas se pegaban por una posición en el lagrimal. A su paso, el maestro le hizo un saludo de compadreo que obtuvo como repuesta un gruñido espumoso, casi regurgitado; de nuevo a solas se quedó mirando a su compañera en la labor, parecía estar alta.
-Si tu “sabieras”- le dijo, aún desperezándose del sueño, alto también.


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4 comentarios:

  1. Esto es un cuadro pintado con letras.

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  2. Este micro me ha dado mucho hambre. Genial descrito cada acción, cada gesto, Carmelo. Un grandísimo ejercicio de narración, sin olvidar esa riqueza de vocabulario que me ha obligado a visitar el diccionario.

    Y qué decir del nuevo look de este página! Se ve a tu blog más lozano que nunca. Por cierto, te cojo prestado el nombre de Celedonio para un cuento que estoy acabando.

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  3. Muchas Gracias:
    Montse: me lo tomo como un cumplido que realmente me sube la moral. Un regalo para mi ego!!
    Pablo: Tu opinión siempre da un punto más de valor a todo. El vocabulario del Valle Amblés nada tiene que envidiar al morañego; propongo la hermanación de Muñochas y Papatrigo (una verdadera alianza de naciones). Puedes cojer prestado lo que te parezca.
    Silvia: El hecho de que te pases por aquí desde tierras tan lejanas es todo un orgullo para mí. La profundidad de tu comentario es abismal, y demuestra un conocimiento exhaustivo del autor; sí, en verano lo hecho de menos, tal vez de una forma obsesiva.

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